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URBANISMO
Resumen


las cuales destaca, especialmente la energía eólica y la energía solar, para cumplir con

no toma en cuenta la dispersión que implica la transición energética, tampoco plantea
correctamente el potencial y limitaciones energéticas de cada Sistema Urbano Rural. Con

nociones: reservas territoriales energéticas, energía regionalmente disponible, región
energética del asentamiento y capacidad energética del territorio. La producción de

Palabras clave: Transición energética, Estrategia Nacional de Ordenamiento Territorial,

Abstract
The National Territorial Planning Strategy (ENOT) is reviewed to identify if it considers
the energy dispersion that means the use of clean and renewable energies, especially wind

Nations. The ENOT not only does not consider the dispersion that the energy transition
implies, nor does it correctly consider the energy potential and limitations of each Rural Urban


region of the settlement and energy capacity of the territory. Energy production must be
integrated into territorial planning.
Keywords:
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
90
Introducción: Transición energética
S
i bien la Ley de Transición Energética
(LTE) se publicó en México en diciembre

oferta energética se discutió entre expertos
y altos funcionarios del gobierno federal

a la declinación de las reservas petroleras
nacionales y las limitaciones de las reservas
de carbón y el potencial hidroeléctrico
(López, 1978; Viqueira, 1987), antici-
pándose así a la búsqueda internacional

el dramático aumento de sus precios en
la década de 1970, sin desconocer el
tratamiento que le dio Naciones Unidas
algunos años antes, más técnico que político
(UNDESA, 1957, 1962).
Teniendo en cuenta los recursos naturales,
las condiciones geológicas y el estado de la
tecnología, se prestó atención a la energía
nuclear y a la geotérmica: la Comisión
Federal de Electricidad comenzó a estudiar
la instalación de una planta nuclear en 1967
y el campo geotérmico de Cerro Prieto (Baja
California) inició su operación en 1973,
después de más de tres décadas de inves-
tigación y desarrollo (López, 1978).
También había conocimiento sobre el
potencial solar y eólico (Viqueira, 1976).
De esta manera, en 1978 en el programa
Desarrollo, Conservación y Uso de Recursos
Naturales para los Asentamientos Humanos,
incluido en el Plan de Desarrollo Urbano,
se propuso el uso de la radiación solar, el
viento y el biogás (Sahop, 1982). Teniendo
como marco la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Fuentes de Energía Nuevas
y Renovables, celebrada en Nairobi en
agosto de 1981, el Gobierno de México
recomendó un “pluralismo energético que
permita ir cambiando fuentes y usos de
energía paulatinamente”, reconociendo

ciudades, por lo que el aprovechamiento
de las fuentes renovables se consideró más
factible en los asentamientos rurales y como
alternativa para mejorar las condiciones
de vida en los asentamientos precarios de
los centros urbanos (Sahop, 1982, pág. 45).
Dicho cambio paulatino es evidente que no
ocurrió.
Con el tiempo, no han surgido nuevas
alternativas energéticas, peor aún, se

nuclear como la opción del futuro. Lo que
ha cambiado es el enfoque de la transición:
originalmente se planteó advirtiendo los
límites de las reservas petroleras y el
impacto económico y vulnerabilidad por la
dependencia del hidrocarburo; hoy, con base
en lo que plantea la LTE, se siguen criterios

climáticos.
La LTE “tiene por objeto regular el apro-
vechamiento sustentable de la energía
así como las obligaciones en materia
de Energías Limpias y de reducción de
emisiones contaminantes de la Industria
Eléctrica, manteniendo la competitividad
de los sectores productivos” (LTE, Artículo

a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE)

y procesos de generación de electricidad
cuyas emisiones o residuos, cuando los haya,
no rebasen los umbrales establecidos en las
disposiciones reglamentarias que para tal
efecto se expidan” (LIE, Artículo 3, XXII).

siguiente manera:
URBANISMO
PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
hps://pragma.buap.mx
91
Aquellas cuya fuente reside en fenómenos
de la naturaleza, procesos o materiales
susceptibles de ser transformados en
energía aprovechable por el ser humano,
que se regeneran naturalmente, por lo
que se encuentran disponibles de forma
continua o periódica, y que al ser genera-
das no liberan emisiones contaminantes.

Así, se consideran energías limpias y
renovables: el viento, la radiación solar,

centrales hidroeléctricas con una capacidad
menor o igual a 30 MW), la energía oceánica,
el calor de los yacimientos geotérmicos
y los bioenergéticos (combustibles
obtenidos de la biomasa provenientes de
materia orgánica) (LIE, Artículo 3, XXII;
LTE, Artículo 3, XVI). Cabe añadir que la
LIE también considera energía limpia a la
nuclear y a la que se produzca en centrales
de cogeneración y térmicas que controlen
sus emisiones —particularmente, las de
dióxido de carbono a la atmósfera— y
residuos (LIE, Artículo 3, XXII).
    
que al concentrarse en las emisiones y
residuos descuidan, a pesar de su enfoque
ambiental, otros impactos del aprovecha-
miento de estas fuentes energéticas, como
la alteración o destrucción de ecosistemas
y el daño a especies y la biodiversidad

Rehbein et al., 2020; Vega & Ramírez, 2014).
Si bien las energías renovables se regeneran
naturalmente, continua o periódicamen-
te, no se percibe en general, incluyendo
estudios y propuestas con enfoque ecologis-
taespacial (Droege, 2018; Lin et al., 2018),
un requisito necesario para su aprovecha-
miento: la disponibilidad de suelo. No sólo
es un asunto ambiental, sino territorial.
La cuestión energética se ha discutido

ingenieriles (tecnológicos), económicos
y ambientales, ha faltado la perspectiva

demostrar con la visión optimista sobre
la transición que se esbozó al concluir el
siglo XX, la cual conformó el paradigma

Fernando Alba, exdirector del Instituto
Nacional de Energía Nuclear (hoy Instituto
Nacional de Investigaciones Nucleares),
analizó alternativas al uso de los hidrocar-
buros pensando en el futuro (hacia 2025),
donde destacó, junto a la energía nuclear y
el carbón, el potencial de la energía solar,
ya que está disponible en grandes áreas
del planeta “en cantidades inagotables”.
Calculó que “Una suma de áreas semiáridas


todas las necesidades energéticas de México
(Alba, 1997, pág. 153). Este enfoque también lo
expuso Naciones Unidas y el Consejo Mundial

hubiese satisfecho la demanda de electricidad
del mundo; alrededor del 1 por ciento del área
desértica de la Tierra ocupada por plantas

et al., 2000, págs. 237, 243).

la demanda de energía es aparentemente


almacenamiento de la energía a través de
acumuladores eléctricos y de hidrógeno,
e incluso usando el gas natural como

variación en el tiempo (Alba, 1997, pág.
147), esto es, su intermitencia. En realidad,
esos gigantescos cuadrados solares no
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
92
resolverían la demanda de energía, dadas:
i) las complicaciones no resueltas sobre

al., 2017), ii) lo que implican la energía
eólica y la energía solar en la transmisión
de la electricidad precisamente por su in-
termitencia (Vega & Ramírez, 2014, pág.
74), iii) que no en todas las regiones del
planeta hay áreas semiáridas o desérticas
con valores óptimos todo el año (Solargis,
2021). Cabe cuestionar además si esos
grandes centros generadores, en caso de
que se construyesen, serían compatibles
con un aprovechamiento sostenible, óptimo

Parece improbable garantizar el
suministro de electricidad aprovechando
intensivamente la irradiación solar en
pocos sitios, lo que lleva a subrayar
la importancia del territorio en la
conformación del nuevo modelo energético
— pensando en un futuro en el que no se
utilizarán combustibles de origen fósil
ni nucleares, por su agotamiento, costo
elevado o prohibición—, debido a la menor
densidad de potencia de esta alternativa,
pero también de la energía eólica y los
bioenergéticos (Smil, 2010b), y que el

(Gerber et al., 2018; Metternicht, 2017;
Polèse, 1998). Por lo que no es equivocado
advertir si la radiación solar y el viento
son, en términos técnicos, efectivamente
inagotables e incluso renovables: no se
pueden utilizar si no hay espacio para ello.
     
de Energía (Sener) debe “Promover
condiciones, en el ámbito de su competencia,
para facilitar el acceso a aquellas zonas con
alto potencial de fuentes de energías limpias
para su aprovechamiento y la compatibili-

(Artículo 14, XII, inciso c). Dicha compati-

cercanía de esas zonas a la Red Nacional
de Transmisión (RNT), lo expuesto en la
Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente y el crecimiento de
los centros de población y las actividades
productivas. ¿Los contempla la Estrategia
Nacional de Ordenamiento Territorial
(ENOT)? El problema a discutir es la
dispersión energética, tema que comienza
a analizarse marginalmente, aunque ya se
señaló en las décadas de 1970 y 1980 sin
usar este término.
Dispersión energética

originalmente el término dispersión
energética como “el resultado de la cantidad
total de energía producida anualmente (e.g.,

de dicha producción
 
2
   
Apuntaron que “relativamente pocos
estudios han evaluado el impacto en el
hábitat de la futura dispersión energética.
En un artículo más reciente, Anne Trainor

simple como “La creciente huella de uso
del suelo del desarrollo energético.

coautor del artículo publicado en 2009,

fenómeno como “el desarrollo extendido


que enfrentan la naturaleza y la humanidad
en las próximas décadas”. Advierte que
hacia 2030 el 20 por ciento de las tierras
naturales restantes estarán bajo riesgo por
URBANISMO
PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
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el desarrollo energético y que las fuentes de
energía renovable “tienen una huella más
grande sobre el paisaje que el carbón”.
    
un libro donde presenta soluciones a
la dispersión energética, destacando
     
Naugle, 2017), estrategia que ya exploró
     
      
enfoque complejo áreas de riqueza
natural (ecosistemas, biodiversidad) para
conservarlas y protegerlas, reconociendo
la necesidad de ocupar territorio para
producir energía, esto es, construir infraes-
tructura.
A pesar de la gravedad del tema que
-
vestigadores de la organización estadou-
nidense The Nature Conservancy (TNC),
son pocos los estudios que lo han tratado
directa o indirectamente desde
2009, entre ellos, Andrews et al. (2011),
Byrne et al. (2017), Cheng & Hammond
(2017), González-Eguino et al. (2017),
Hernandez et al. (2015), Jager et al. (2021),



et al. (2017), Rehbein et al. (2020), Sacchelli

& Behrens (2018) y Wu (2018).
Ahora bien, el impacto territorial de las
alternativas energéticas ya fue considerado
antes del trabajo de TNC en años posteriores
a la Cumbre de la Tierra (1992), entre otros,
Capello et al. (1999), OECD (1995), Pimentel
et al. (1994), Pimentel et al. (2002), Smil


críticamente por Odum & Odum (2001),
Reynolds (2002), Smil (2010a, 2010b) y
Trainer (2007).
Más aún, debido a la mencionada crisis
energética de la década de 1970, se prestó
en esos años atención a la relación ener-
gía-territorio o energía-uso del suelo y al
impacto de las alternativas, como se puede

& Udell (1982), Cope et al. (1984), Häfele
(1981), Hall et al. (1986),
Hayes (1977), MacLeary (1981), Mara


y Van Til (1982).
El tema no es desconocido por Naciones
Unidas, como se aprecia en UN (1973, 1981,
1987), UNDESA (1957, 1962) y UNDP et
al. (2000). Sin embargo, en documentos
recientes (Fritsche et al., 2017; UN, 2015;
UN-Habitat, 2015) no se recoge la noción
de dispersión energética, se ignora la
dimensión espacial de la transición. Como

organización.
¿También es así con la ENOT?
Antes de explorar esto, cabe señalar que la
dispersión energética no es lo mismo que la
dispersión o expansión urbana, fenómeno
estudiado y discutido ya desde la década
de 1970 (Real Estate Research Corporation,
1974; UN, 1976), de hecho, en su origen
son fenómenos opuestos. La expansión
urbana “Se relaciona con el crecimiento


ser fomentado por el crecimiento de sus
periferias, por la aglutinación siguiendo
vías de comunicación del centro urbano a
la región o por absorción de pueblos, siendo
una característica de este fenómeno desde
el siglo XX el crecimiento por “suburbios
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
94
aumentativos” (Camacho, 2007, pág. 366).
-
cación en muchos casos: “Desarrollo urbano

gubernamental sistemática de gran escala
o regional del uso del suelo” (Bruegmann,
2005, pág. 18).
Esta falta de planificación define una
distinción importante con la dispersión
energética, que es consecuencia de la pla-
nificación gubernamental o es regulada
por el gobierno en el caso de desarrollos
privados. Dentro de la expansión urbana
puede haber dispersión energética,
pensando en la instalación de paneles
fotovoltaicos. La dispersión energética,
siguiendo específicamente la alerta de
TNC, se presenta en zonas naturales
cercanas y lejanas a los centros urbanos.
Se puede decir que el cambio de uso
del suelo y destrucción que genera
la expansión urbana puede o no ser
planificada, mientras que las afectaciones
de la dispersión energética responden a
un plan, a la política energética nacional,
estatal (o provincial) o local, impulsada por
acuerdos internacionales. La expansión
urbana puede contenerse con modelos de
ciudad compacta. La dispersión energética
es inevitable, debido al crecimiento de la
demanda y las características de la energía
eólica, la energía solar y los bioenergéti-
cos —a menos que se desarrolle la energía
de fusión nuclear y todos los países y sus
regiones puedan aplicarla—.
La ENOT y la transición energética
La ENOT, preparada por la Secretaría de
como una política pública de mediano
y largo plazo que busca contribuir a la
reducción de las desigualdades sociales;
construir asentamientos humanos, rura-
les y urbanos más sostenibles, seguros e
incluyentes; y promover un uso más ra-
cional de los recursos naturales, teniendo
como ámbito de actuación al territorio.
(Sedatu, 2021, pág. 7)

esta política es transversal a todas aquellas
políticas, estrategias y acciones que inciden
en el territorio. Es un “instrumento rector

dimensión espacial y territorial del desarrollo
de México en un horizonte de largo plazo
hacia el 2020-2040”. Con ella “se sientan las
bases de la rectoría del Estado en la política
nacional” precisamente del ordenamiento
territorial (Sedatu, 2021, págs. 7, 8).
Su metodología consideró la participa-
ción de expertos y legisladores, así como
los Objetivos de Desarrollo Sostenible

recomendaciones. Está conformada por
cuatro capítulos: en el primero, se presenta
el marco de referencia; en el segundo, el
Sistema Nacional Territorial (estado actual
y tendencias); en el tercero, la Estrategia,
indicando metas, ejes nacionales, objetivos
prioritarios, lineamientos generales y las
estrategias por Sistema Urbano Rural (SUR);
en el cuarto, mecanismos para la implemen-
tación, seguimiento y evaluación.

en seis macrorregiones (Sedatu, 2021, págs.
126, 127) (Tabla 1):
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano del
Gobierno de México (Sedatu), se plantea
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URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
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Lo que interesa revisar aquí es cómo la
ENOT trata e integra la transición energética,
esto es, la relación energía-territorio en el

Un aspecto central en la estructuración
de este instrumento es el reconocimien-
to de los ODS (UN, 2015), destacando el
7, Energía asequible y no contaminante.
También se toma en cuenta lo dicho en la
Nueva Agenda Urbana
(UN, 2017), que recomienda el uso de
“energía renovable y asequible” (Sedatu,
2021, págs. 30, 31). Así, la ENOT reconoce
el potencial fotovoltaico, eólico y geotérmico
del país (Sedatu, 2021, pág. 43).
Dentro de “Los grandes retos del sistema
natural”, considera como subtema el “Uso y
aprovechamiento de los recursos naturales”,
siendo el reto 12: “Impulsar la generación
de energías limpias a corto plazo, particular-
mente de fuentes eólicas y solares” (Sedatu,
2021, pág. 78). Por su importancia en lo
que respecta al desarrollo por diseño, se
deben destacar como subtemas “La biodi-
versidad terrestre y su alteración por las
actividades humanas”, “Las ANP [Áreas
Naturales Protegidas], instrumentos para
la protección y conservación de la riqueza
natural” y “Áreas prioritarias para reducir
la presión sobre los ecosistemas”, siendo

y zonas que albergan una extraordina-
ria biodiversidad que se encuentran bajo
amenaza y sin ningún tipo de categoría de
protección ambiental [...] Se debe impulsar

dentro del Sistema Nacional de ANP”.
Asimismo considera como subtema “Áreas
prioritarias para reducir la presión sobre
los ecosistemas”, siendo el reto 9: “Buscar
la conservación de hábitats y especies bajo
alguna categoría de riesgo” (Sedatu, 2021,
págs. 77, 78).
Dentro de “Los grandes retos del sistema
de asentamientos humanos e infraes-
tructura, considera como subtema “La
movilidad a nivel nacional e infraestruc-
tura de conectividad de interés nacional”,
siendo el reto 26: “Reducir la dependencia
de recursos fósiles en la generación de
energía hacia fuentes más sostenibles para
el ambiente” (Sedatu, 2021, pág. 162).
La transición energética se plantea para
evitar el “cambio climático, aprovechando
particularmente, como ya se apuntó, la
energía solar fotovoltaica y la eólica (Sedatu,
2021, págs. 167, 168).
Al bosquejar un “futuro deseable”, se indica
que el país “cuenta con recursos y riquezas
que ofrecen un gran potencial y oportunida-
des favorables para su desarrollo”, los cuales
“se pueden valorar y aprovechar sobre todo
en relación con el diseño e instrumenta-
ción de políticas públicas para establecer
un nuevo modelo espacial de desarrollo
socioeconómico, basado precisamente en la
protección y el aprovechamiento de dichos
recursos “del territorio y su potencial”.
Entre estos se destaca el “alto potencial”
de las energías renovables en regiones

Ventosa (Oaxaca), la solar en el desierto
de Sonora y la geotérmica en el área de los
volcanes (Sedatu, 2021, pág. 177). La ENOT
propone 22 metas, la 17, Instrumentos de
Ordenamiento
Territorial (o territoriales), plantea:
Para 2040 aumentará el número de ciu-
dades y asentamientos humanos que im-
plementan políticas, planes y programas
integrados para promover la inclusión y

URBANISMO
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-
nicipios del país cuenten con programas
e instrumentos de OT [ordenamiento
territorial], urbana, gestión del suelo y
ordenamiento ecológico. (Sedatu, 2021,
pág. 181)
implementando proyectos con tecnologías
sostenibles en territorios con alto poten-
cial que impulsen el desarrollo territorial,
e incorporando criterios de sostenibilidad
en los instrumentos de planeación del
territorio que aseguren la compatibilidad
de la energía renovable con el ambiente y


-
cación de la matriz de generación de
energía eléctrica, e impulsar a los secto-
res más intensivos en el uso de energías
limpias a través del desarrollo de infraes-
tructura estratégica de generación de
energía y energías limpias que propicien
el bienestar de la población y aporten a

sostenibilidad del territorio aprovechan-
do el potencial energético de nuestro país.

Ahora bien, al alinear las metas de la
ENOT con los ODS, no establece una
relación ni directa ni indirecta entre la
meta 17, Instrumentos de Ordenamiento
Territorial, con el ODS 7, Energía asequible
y no contaminante. El cual sí lo relaciona
directamente con las metas 11, Innovación
e industria, 14, Comunidades sostenibles,
y 15, Movilidad sostenible. La meta 17
sólo se relaciona directamente con el ODS
11, Ciudades y comunidades sostenibles
(Sedatu, 2021, págs. 182, 183).
La ENOT se estructura en ejes nacionales,

su vez lineamientos generales (LG). El Eje
Nacional 1, Estructuración
Territorial, señala como un objetivo
prioritario: “Fortalecer la complementa-
riedad y sinergia entre los asentamientos
humanos, atendiendo a la estructura y fun-
cionamiento del sistema. El LG 1.2.3 indica:
El Eje Nacional 2, Desarrollo Territorial,
señala como un objetivo prioritario:
“Restaurar, proteger, conservar y
aprovechar de manera sostenible los
ecosistemas para asegurar sus servicios
ambientales actuales y futuros”. El LG
2.4.3 propone “Impulsar la generación de
energía a partir de fuentes eólicas” y el LG
2.4.5 “Impulsar la generación de energía a
partir de fuentes renovables fotovoltaicas”,
ambos
El Eje Nacional 3 se concentra en la
Gobernanza Territorial.
La ENOT propone LG por SUR, los LG
1.2.3, 2.4.3 y 2.4.5 consideran cuestiones
energéticas.
El LG 1.2.3 indica para los SUR Noroeste
I y Sureste III: “Impulsar proyectos de
generación de energía termoeléctrica que
coadyuven a alcanzar la seguridad energética
y a fomentar el desarrollo nacional
contemplando la transición en el mediano
y largo plazo hacia la energía termoeléctrica
de origen renovable (geotérmica o termo

para los SUR Centro I y Sureste I: “Impulsar
proyectos de exploración y extracción de
hidrocarburos que coadyuven a alcanzar
la seguridad energética y a fomentar el
desarrollo nacional contemplando la
transición en el mediano y largo plazo
hacia las energías de origen renovable
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
98
[...]”(Sedatu, 2021, págs. 259, 284). Para
estos y los demás SUR propone mecanismos
de monitoreo y calidad del aire (Sedatu,
2021, págs. 199-295).
El LG 2.4.3 indica para el SUR Noroeste I:
Priorizar la reconversión energética en
los procesos productivos de acuerdo con
las fuentes potenciales disponibles de
energía locales y regionales. Promover
el desarrollo de proyectos de generación
de energía solar [sic] a partir de fuentes
eólicas en el corto plazo, favoreciendo la
transición energética hacia la produc-
ción de energías limpias en sustitución
de aquellas derivadas de fuentes fósiles.
(Sedatu, 2021, pág. 201)

Noreste II, Centro V y Sureste III: “Promover
el desarrollo de proyectos de generación de
energía solar [sic] a partir de fuentes eólicas
en el corto plazo, favoreciendo la transición
energética hacia la producción de energías
limpias en sustitución de aquellas derivadas
de fuentes fósiles” (Sedatu, 2021, págs. 206,
212, 236, 281, 296). Cabe indicar en este
LG un error importante en la redacción al
referirse a “generación de energía solar”,
cuando debió hablarse solamente de
“generación de energía. Para los demás SUR
indica: “Aplica el Lineamiento General”; esto
es: “Impulsar la generación de energía a
partir de fuentes eólicas, implementando
proyectos con tecnologías sostenibles en
territorios con alto potencial que impulsen
el desarrollo territorial [...]” (Sedatu, 2021,
págs. 192, 216-291).
El LG 2.4.5 indica para los SUR Noroeste
I, Noroeste II, Noroeste III, Norte
Centro I, Norte Centro II, Noreste I,
Noreste II, Centro Occidente I y Centro
Occidente II: “Promover el desarrollo de
proyectos de generación de energía solar
a partir de fuentes fotovoltaicas en el corto
plazo, favoreciendo la transición energética
hacia la producción de energías limpias en
sustitución de aquellas derivadas de fuentes
fósiles” (Sedatu, 2021, págs. 201, 206, 212,
221, 226, 231,
236, 241, 246). Para los demás SUR indica:
Aplica el Lineamiento General”; esto es:
“Impulsar la generación de energía a partir
de fuentes renovables fotovoltaicas, im-
plementando proyectos con tecnologías
sostenibles en territorios con alto potencial
que impulsen el desarrollo territorial [...]”
(Sedatu, 2021, págs. 192, 216297).
Como síntesis del análisis se destaca: 1)
la ENOT plantea la transición energética
en concordancia con la LTE (aunque no la
menciona) y Naciones Unidas; 2) considera
especialmente a la energía eólica y la energía
solar; 3) no considera el uso de bioenergéti-
cos; 4) no profundiza en lo que implica que
en algunos sitios y en áreas extensas pueda

biomasa; 5) no toma en cuenta la dispersión
energética.
Potencial energético y dispersión
energética
La ENOT debe dar especial atención a la
dispersión energética debido al impacto
territorial particularmente de la energía
eólica, la energía solar y el aprovechamien-
to de la biomasa: la transición energética
debe entenderse como un problema de uso
del suelo, no sólo de disminución de gases
emitidos a la atmósfera.
La intermitencia del viento y la


obliga a pensar en alternativas de respaldo
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PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
hps://pragma.buap.mx
99
sostenibles. Una de ellas es el aprovecha-
miento de la biomasa forestal, la cual, como
ya se indicó, no es considerada por la ENOT.
Para profundizar en la crítica a este

alto potencial” a los que hace referencia
vagamente y esbozar recomendaciones, a
continuación se revisará el potencial solar,
eólico, geotérmico y bioenergético de cada
SUR utilizando los datos que ofrecen el
Inventario Nacional de Energías Limpias
(INEL) (Sener, 2016b), el Atlas Nacional


Nacional de Biomasa (ANBIO) (Sener, 2013).

con alto potencial) es particularmente útil
y valiosa porque considera, además de los
recursos y los rendimientos de los sistemas,
las limitaciones territoriales técnicas,
ambientales, sociales y de alto riesgo.
En este reporte no se busca determinar
con precisión si cada SUR tiene potencial



de la población asentada, la morfología
urbana y las actividades productivas que se
realicen en sus territorios. Lo que interesa

que su aprovechamiento implica dispersión

del suelo. Un SUR con más áreas con alto
potencial y alto factor de planta cercanas a la
RNT tendrá más opciones para un adecuado
desarrollo por diseño. Si un SUR tiene pocas

-

territorial, lo que hace más complicada su
transición.
Aquí se muestran los mapas como
referencia, para ver el detalle de cada
SUR con buena resolución se recomienda
       
directamente.
Potencial solar

irradiación global horizontal en el país es de


y durante el transcurso del año (Sedatu,

de alto potencial solar la irradiación global
horizontal precisamente igual o mayor a

menores pueden aprovecharse para autoa-
bastecimiento, pero no impactan el uso del
suelo, que es lo que aquí interesa estudiar,
ya que los paneles fotovoltaicos se instalan
en el interior de las propiedades existentes.
A pesar del alto potencial solar que
existe en casi todo el país, también registra,
además de la intermitencia diaria, caídas
importantes estacionalmente.
Por ejemplo, uno de los sitios con valores
más altos se ubica en el SUR Noroeste
III en el municipio de Tubutama (desierto
de Sonora, área destacada por la ENOT),
donde en el mes de junio de registran 8.4




pocos lugares del país en diciembre se
alcanza la media nacional (Imagen 1 y 2).
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
100
Imagen 1. Irradiación global horizontal, mayo. Fuente: Sener (INEL).
Imagen 2. Irradiación global horizontal, diciembre. Fuente: Sener (INEL). .
Con relación al potencial solar, la ENOT
recomienda el desarrollo de proyectos
fotovoltaicos especialmente para los SUR
Noroeste I, Noroeste II, Noroeste III, Norte
Centro I, Norte Centro II, Noreste I, Noreste
II, Centro Occidente I y Centro Occidente II,
cuando casi todas los SUR tienen áreas y

desarrollo de estos proyectos. No obstante,
el SUR Noreste II, al igual que Centro I,
URBANISMO
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hps://pragma.buap.mx
101
 
no tienen tantas áreas como los arriba
mencionados, por lo que la energía solar no
es una alternativa relevante en ellos (sí para
proyectos de autoabastecimiento, como
ya se indicó). De esta manera, la dispersión
energética debido al aprovechamiento de
la irradiación solar puede tener efectos en
todos los SUR, particularmente en los que
conforman las macrorregiones Noroeste,
Norte Centro, Centro Occidente y Centro,
junto con los SUR Noreste I y Sureste I, ya
que reportan valores de factor de planta
al menos de 28 por ciento (Imagen 3).
La ENOT también recomienda el desarrollo
de proyectos de energía termoeléctrica de
origen termo solar para los SUR Noroeste I
y Sureste III; ahora bien, el potencial solar
y condiciones áridas o semiáridas para su
desarrollo existen en el SUR Noroeste I,
no en el SUR Sureste III. También tienen
condiciones para esta alternativa los SUR
Noroeste II, Noroeste III, Norte Centro I,
Norte Centro II, Noreste I, Centro Occidente
I, Centro Occidente III, Centro II y Centro III.
Potencial eólico
      
potencial eólico vientos con una velocidad

Como en el caso de la energía solar, valores
menores pueden aprovecharse para autoa-
bastecimiento, pero no impactan el uso del
suelo, ya que los miniaerogeneradores se
instalan en el interior de las propiedades.
La velocidad del viento varía estacional-
mente, incluso en el SUR Centro V, donde se
registran los valores más altos, por ejemplo, en
el municipio de San Juan Quetzaltepec (istmo
de Tehuantepec, destacado por la ENOT), la


también en estos meses en los SUR Noroeste II,
Noreste I y Centro Occidente III (Imagen 4 y 5).
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
102
Imagen 4. Velocidad del viento, noviembre. Fuente: Sener (INEL).
Imagen 5. Velocidad del viento, junio. Fuente: Sener (INEL).
¿Puede la energía eólica sustituir la
energía solar que se pierde entre noviembre
y enero? Considerando las limitaciones te-
rritoriales, si analizamos los valores eólicos
de diciembre (Imagen 6), mes crítico en
valores solares, pocas áreas, además de los
SUR Centro V y Sureste I, registran valores
altos, particularmente en los SUR Noroeste
II, Norte Centro I, Norte Centro II, Noreste I
y Centro Occidente I.
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PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
hps://pragma.buap.mx
103
Imagen 6. Velocidad del viento, diciembre. Fuente: Sener (INEL).
Con relación al potencial eólico, la ENOT
recomienda el desarrollo de proyectos espe-
cialmente en los SUR Noroeste I, Noroeste II,
Noroeste III, Noreste II, Centro V y Sureste

alto potencial que tienen, donde destacan
el SUR Noroeste II y Centro V. Más aún, no
se incluyen, a pesar de que reportan valores
altos, los SUR Norte Centro I, Norte Centro
II, Noreste I, Centro Occidente I y Centro
III, particularmente el SUR Noreste I. Sin
bien el LG 2.4.3 (impulsar la generación de
energía a partir de fuentes eólicas) puede
aplicarse estrictamente en todos los SUR,
debe señalarse que los SUR Noroeste IV,
Centro Occidente II, Centro Occidente IV,
Centro IV y Sureste II tienen muy pocas
áreas con alto potencial, cuyos valores de
factor de planta, además, son bajos, por
lo que en realidad la energía eólica no es
una alternativa importante en ellos. Por lo
dicho, la dispersión energética debido al
aprovechamiento del viento puede tener
efectos en casi todos los SUR, con excepción
de los últimos mencionados; se debe prestar
especial atención a los SUR que reportan
factores de planta arriba de 30 por ciento,
incluso arriba de 50 por ciento, estos son:
Noroeste I, Noroeste II, Noroeste III, Norte
Centro II, Noreste I, Noreste II, Centro I,
Centro III, Centro V, Sureste I y Sureste III
(Imagen 7).
URBANISMO
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ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
104

Potencial geotérmico
La ENOT recomienda el desarrollo de
proyectos de energía termoeléctrica de
origen geotérmico para los SUR Noroeste I
y Sureste III; ahora bien, en ambos SUR no

sí lo hay en el SUR Noroeste II en el campo
de Cerro Prieto. Si bien el impacto territorial
de la energía geotérmica es menor, así como
su potencial (571 MW, potencial medio),

general valores inferiores a 10 MW, incluso
menores a 5 MW, que pueden utilizarse para
autoabastecimiento, la ENOT no profundiza
en su aprovechamiento. Señala de manera
vaga el potencial geotérmico de los volcanes
(Sedatu, 2021, pág. 177), sin embargo, ni el
-
mente altos en todos ellos, como es el caso
de las zonas del Popocatépetl, el Iztaccíhuatl
y el Citlaltépetl (macrorregión Centro). El
calor de la tierra aportará poca energía
considerando la demanda total nacional.
Potencial bioenergético
  
aprovechamiento de residuos pecuarios,
industriales, urbanos y forestales, que
tienen un potencial de 1,478 MW. Al igual
que la geotermia, los valores de cada sitio en
general son inferiores a 10 MW e incluso 5
MW. Si bien su impacto territorial es menor
o nulo, los procesos que los producen
deben ser sostenibles para considerar esta
alternativa como opción viable, aunque
aporte poca energía considerando la
demanda nacional.
Como ya se indicó, la biomasa puede ser
alternativa ante las limitaciones de los hi-
drocarburos, el carbón, la energía nuclear,
la energía eólica y la energía solar, por
esto se debe explorar su aprovechamien-
to para producir electricidad a través de
termoeléctricas, ya sea quemando madera
directamente o carbón vegetal. El poder


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hps://pragma.buap.mx
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Imagen 8. Bosques nativos de pino (verde fuerte), encino (violeta) y mixtos (verde oliva). Selvas bajas (amarillo). Se excluyen

polígonos menores de 25 hectáreas. Fuente: Sener (ANBIO).
      
superan, en el caso del carbón vegetal, a
los del carbón mineral bituminoso y sub-


Según el ANBIO, en México existen con
potencial energético bosques de pino,


y altas y plantaciones de eucalipto (< 18

manejo sostenible de los bosques nativos
de pino, encino y mixtos y las selvas bajas

características) debido a su presencia y
posible desarrollo en casi todos los SUR,
reconociendo el impacto causado por la
deforestación. Destacan por su potencial
de biomasa forestal los SUR Noroeste III,
Noroeste IV, Norte Centro I, Norte Centro
II, Centro Occidente II,
Centro Occidente IV, Centro III, Centro IV,
Centro V, Sureste I y Sureste III. Por otra
parte, tienen muy poco potencial los SUR
Noroeste I, Noroeste II, Noreste I, Centro I
y Sureste II (Imagen 8).
Las plantaciones de eucalipto, presentes
en los SUR Noreste I, Noreste II, Centro
Occidente I, Centro Occidente II, Centro
Occidente III, Centro Occidente IV, Centro
II, Centro IV, Centro V y Sureste II, pueden
afectar a las especies nativas, la biodiver-
sidad y el equilibrio ecológico, por lo que
su existencia y expansión debe revisarse
(Imagen 9).
Los cultivos especializados para producir
bioetanol y biodiesel también tienen

los primeros, hay cultivos de remolacha
azucarera en el SUR Noroeste III, de caña
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ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
106
de azúcar en los SUR Noroeste IV, Noreste
II, Centro Occidente I, Centro Occidente
II, Centro Occidente IV, Centro I, Centro II,
Centro III, Centro V, Sureste I, Sureste II y
Sureste III (Imagen 10), y de sorgo en todos
los SUR (Imagen 11); con relación al biodiesel,
hay cultivos de jatropha en los SUR Centro
Occidente II, Centro Occidente IV, Centro IV,
Sureste I y Sureste III, y de palma africana
en los SUR Centro Occidente IV, Sureste I,
Sureste II y Sureste III (Imagen 12). También
su presencia y promoción debe revisarse.
Imagen 9. Plantaciones de eucalipto. Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 9. Plantaciones de eucalipto. Fuente: Sener (ANBIO).
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Imagen 11. Cultivos especializados para producir bioetanol: sorgo (azul claro). Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 12. Cultivos especializados para producir biodiesel: jatropha (verde), palma africana (amarillo).
Fuente: Sener (ANBIO).
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ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
108
Como ya se indicó, la ENOT no toma
en cuenta el potencial de la biomasa
para producir energía, a pesar de ser
reconocida por la LTE, sin explicar los
motivos de esta omisión, por lo que ignora,
como consecuencia, la actual y futura
dispersión energética de plantaciones
forestales y cultivos especializados. El
manejo de bosques nativos y selvas bajas
debe incorporarse a la política energética,
ecológica y territorial.
Hidrocarburos
Para concluir esta revisión, debe agregarse
que la ENOT no señala el potencial del gas
de lutitas (shale gas), particularmente en
los SUR Noreste I y Noreste II (De la Vega &
Ramírez, 2015), ya que propone impulsar la
exploración y extracción de hidrocarburos
en los SUR Centro I y Sureste I. Tampoco
debe ignorarse su impacto en la dispersión
energética.
Probables zonas críticas debido a la
dispersión energética
Para formarse una idea de las áreas donde
    

las zonas con alto potencial, particularmen-
te con alto factor de planta, cercanas a la
RNT en lo que respecta a la energía solar y
la energía eólica, y cercanas a carreteras en
lo que respecta a la biomasa forestal. Estos

con alto potencial, escenarios 3 y 2) (Imagen
13, 14, 15 y 16) y el ANBIO (Potencial por
tipo de biomasa, Tala sustentable) (Imagen
8). Las zonas que aparecen en el escenario 3
deben considerarse de alta prioridad debido
a su mayor cercanía a la RNT (ubicadas a


pero por restricciones técnicas se busca y
buscará aprovechar los recursos energéticos

este sentido y por lo tanto menor inversión.

Fuente: Sener (ANBIO).
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
Fuente: Sener (ANBIO).

Fuente: Sener (ANBIO).
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
Imagen 17. SUR Noroeste I.
Fuente: Sedatu.
Imagen 18. Alto potencial solar.

Imagen 19. Alto potencial eólico.

Imagen 20.
Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
A continuación se presentan los datos de
cada SUR tomando el escenario 3 (solar
y eólico) y la biomasa forestal como un
ejercicio aproximativo de lo que se debe
estudiar a profundidad y atender en lo
concerniente al uso del suelo. Como ya
se sugirió, los mapas se visualizan mejor
directamente en las aplicaciones.
i) SUR Noroeste I
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Imagen 21. SUR Noroeste II.
Fuente: Sedatu.
Imagen 22. Alto potencial solar.

Imagen 23. Alto potencial eólico.

Imagen 24.
Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 25. SUR Noroeste III.
Fuente: Sedatu.
Imagen 26. Alto potencial solar.

Imagen 27. Alto potencial eólico.

Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
ii) SUR Noroeste II
iii) Noroeste III
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iv) Noroeste IV
v) Norte Centro I
Imagen 29. SUR Noroeste IV.
Fuente: Sedatu.
Imagen 30. Alto potencial solar.

Imagen 31. Alto potencial eólico.

Imagen 32. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 33. SUR Norte Centro I.
Fuente: Sedatu.
Imagen 34. Alto potencial solar.

Imagen 35. Alto potencial eólico.

Imagen 36. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
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vi) Norte Centro II
vii) Norte I
Imagen 37. SUR Norte Centro II.
Fuente: Sedatu.
Imagen 38. Alto potencial solar.

Imagen 39. Alto potencial eólico.

Imagen 40. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 41. SUR Noreste I.
Fuente: Sedatu.
Imagen 42. Alto potencial solar.

Imagen 43. Alto potencial eólico.

Imagen 44. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
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viii) SUR Noreste II
ix) Centro Occidente I
Imagen 45. SUR Noreste II.
Fuente: Sedatu.
Imagen 46. Alto potencial solar.

Imagen 47. Alto potencial eólico.

Imagen 48. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 49. SUR Centro Occidente I.
Fuente: Sedatu.
Imagen 50. Alto potencial solar.

Imagen 51. Alto potencial eólico.

Imagen 52. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
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x) Centro Occidente II
xi) Centro Occidente III
Imagen 53. SUR Centro Occidente II.
Fuente: Sedatu.
Imagen 54. Alto potencial solar.

Imagen 55. Alto potencial eólico.

Imagen 56. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 57. SUR Centro Occidente III.
Fuente: Sedatu.
Imagen 58. Alto potencial solar.

Imagen 59. Alto potencial eólico.

Imagen 60. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
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xii) Centro Occidente IV
xiii) SUR Centro I
Imagen 61. SUR Centro Occidente IV.
Fuente: Sedatu.
Imagen 62. Alto potencial solar.

Imagen 63. Alto potencial eólico.

Imagen 64. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 65. SUR Centro I.
Fuente: Sedatu.
Imagen 66. Alto potencial solar.

Imagen 67. Alto potencial eólico.

Imagen 68. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
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xiv) SUR Centro II
xv) SUR Centro III
Imagen 69. SUR Centro II.
Fuente: Sedatu.
Imagen 70. Alto potencial solar.

Imagen 71. Alto potencial eólico.

Imagen 72. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 73. SUR Centro III.
Fuente: Sedatu.
Imagen 74. Alto potencial solar.

Imagen 75. Alto potencial eólico.

Imagen 76. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
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118
xvi) SUR Centro IV
xvii) SUR Centro V
Imagen 77. SUR Centro IV.
Fuente: Sedatu.
Imagen 78. Alto potencial solar.

Imagen 79. Alto potencial eólico.

Imagen 80. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 81. SUR Centro V.
Fuente: Sedatu.
Imagen 82. Alto potencial solar.

Imagen 83. Alto potencial eólico.

Imagen 84. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
hps://pragma.buap.mx
URBANISMO
119
xviii) SUR Sureste I
xix) SUR Sureste II
Imagen 85. SUR Sureste I.
Fuente: Sedatu.
Imagen 86. Alto potencial solar.

Imagen 87. Alto potencial eólico.

Imagen 88. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Imagen 89. SUR Sureste II.
Fuente: Sedatu.
Imagen 90. Alto potencial solar.

Imagen 91. Alto potencial eólico.

Imagen 92. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
URBANISMO
120
xx) SUR Sureste III
Imagen 93. SUR Sureste III.
Fuente: Sedatu.
Imagen 94. Alto potencial solar.

Imagen 95. Alto potencial eólico.

Imagen 96. Bosques y selvas bajas.
Fuente: Sener (ANBIO).

ANBIO es posible señalar en cada SUR áreas

suelo debido al potencial de la energía solar,

En sí en todas las áreas con alto potencial

debido a las actividades productivas, par-
ticularmente las que requieren grandes
extensiones de tierra, como las agropecua-
rias y forestales, y a la expansión urbana,
sin embargo, se debe poner más atención
en aquellas que estén más cerca de la
RNT, donde: a) se reporten los valores de
factor de planta más altos, b) coincida la


sitios Ramsar. Dichas áreas deben recibir
especial atención por la ENOT. Asimismo se

urbanas y en las zonas con suelos fértiles.
Desafíos territoriales-conceptuales de
la transición energética
La ENOT no aborda correctamente la
dimensión territorial de la transición
energética, hay imprecisiones, errores y
omisiones. Este instrumento debe señalar
con precisión los sitios que ofrecen
condiciones para producir energía, ya sea
electricidad o bioenergéticos. Debe haber
consciencia de lo que implica la transición
energética en cada SUR, concretamente, su
impacto social, ecológico y en el uso del
suelo. La protección de ecosistemas y la
biodiversidad, el respeto a las comunidades
URBANISMO
PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
hps://pragma.buap.mx
121
y la promoción de las energías “limpias”

no ve la ENOT.
Ante lo dicho, se propone con la intención
de manejar correctamente el territorio con
criterios energéticos lo siguiente:
a)   
géticas: así como existen ANP y reservas
para construir vivienda, debe reservarse
suelo para el desarrollo de proyectos fotovol-
taicos, termo solares, eólicos y plantaciones
forestales en las zonas con alto potencial,
particularmente en las marcadas en los

posible de los centros de población. En estas
reservas debe prohibirse la construcción de

b)

-
ción de los recursos energéticos superando
los dualismos que son consecuencia en
buena medida del pensamiento ecologista,

partir de sus características propias. Así, se
debe dejar de hablar de recursos renovables
y no renovables, blandos y duros, sucios
y limpios, sostenibles e insostenibles, ya
que todos producen impactos negativos,

    
casos debido precisamente a la necesidad
de suelo para aprovecharlos. Cada SUR debe
ser consciente de los recursos que posee.
c)
asentamiento: si el objetivo es aumentar
     
localidades y las regiones, ya sea por criterios

tener idea de las hectáreas que requerirá
un asentamiento o un conjunto de ellos
dentro de un SUR para obtener la energía
que demandará. Esto presenta problemas

pocos recursos energéticos.
d)    

energética del territorio: esto podría
marcar límites o un impulso al crecimiento
poblacional y de las actividades productivas
de cada SUR y cada macrorregión. El carbón,
el petróleo y el poder nuclear permitieron
el crecimiento económico y poblacional en
zonas energéticamente pobres, incluso con
pocos recursos naturales en general. El apro-
vechamiento de la energía solar, la eólica y la
biomasa forestal plantea restricciones.
Vacío conceptual
No sólo es necesario proponer nuevas
categorías conceptuales, sino explicar por qué el
instrumento que pretende ordenar el territorio
en México no profundizó en la dimensión
territorial de la transición energética.
El vacío conceptual se explica por la
     
considera la dispersión energética. Se
construyó la idea de la transición energética a
fuentes “renovables” y “limpias” sin tener en
cuenta, como ya se indicó, sus limitaciones e
impactos. Esta falta de atención no responde
obviamente a criterios energéticos, sino a

idea de un cambio climático causado por
el ser humano, donde el uso amplio de la
energía solar y la eólica, particularmente,
se plantea como la solución para evitar
la emisión de dióxido de carbono, origen
de la supuesta crisis ecológica y climática
—aunque la climatología no maneja este
concepto (Gil & Olcina, 1999; Uriarte,
2009)—, pero en este afán se descuida,
entre otros factores, lo que implica su uso
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
122
extendido, su dispersión. Aquí surge una
contradicción no percibida por Naciones
Unidas y la ENOT.
Es necesario, por lo tanto, analizar, revisar
y superar las nociones y recomendaciones
manejadas por Naciones Unidas y mirar más
críticamente a lo dicho por este organismo,
que se ha convertido en una autoridad
que no se cuestiona, infalible, cuando sus
expertos y asesores son especialistas y
académicos que establecen sus criterios,
nociones y sugerencias a partir de marcos

ideológicas, políticas e incluso económicas.
Proyecciones y conclusiones
Proyecciones
Además de la revisión conceptual, se abren
temas que es necesario explorar:
1)

aprovechables (Norte Centro I y Norte Centro
II) y otras con menos (Centro I y Sureste II).
Algunos SUR no tendrán condiciones para

considerando su población y actividades
productivas, lo que lleva a pensar que
las áreas con alto potencial que poseen
deberán ser destinadas forzosamente
a la generación de energía. La agenda
para enfrentar la dispersión energética

debe entender las condiciones de cada
SUR y de cada macrorregión teniendo en

-
    
plantean la necesidad de organizar el país
por macrorregiones o SUR energéticas, no
sólo con criterios económicos, ecológicos,

2)
una región o SUR estará en función de
su población, la morfología urbana y las
actividades productivas, como ya se indicó.
La lectura de la ubicación de las localidades

zonas con más potencial energético se
encuentran lejos del SUR Centro II, que es
donde hay más densidad de población. Se
-
riales por el uso de la energía, sino lo que
implica la distribución de las localidades y
su distancia a las zonas con alto potencial.
¿Será necesario fomentar la emigración a
ciudades de la macrorregión Norte Centro
o que estén cerca de las zonas con alto
potencial en cada SUR?
Imagen 97. Ubicación de
las localidades en México.

URBANISMO
PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
hps://pragma.buap.mx
123

otro patrón de asentamiento y morfología
urbana, por sus limitaciones, ya que el patrón
urbano disperso (metropolitano, megalopoli-
tano) es consecuencia del petróleo y la energía
barata. Un modelo dependiente de la energía
solar, la energía eólica y la biomasa forestal
hará complicado que puedan darse grandes
concentraciones, a menos que disminuya con-
siderablemente el consumo per cápita, lo que
supondría otras dinámicas económicas y or-
ganizacionales locales y otros modos de vida.
4)
urbanas compactas, se debe prever la
dispersión que puede traer el uso de energía
solar fotovoltaica en viviendas y diversos
sectores, ya que la ciudad compacta no
favorece el aprovechamiento de la energía
solar al disminuir las áreas asoleadas, tanto en
techos como a nivel del suelo. Paradójicamen-
te, la necesidad de usar energía solar para au-
toabastecimiento puede producir expansión
urbana, que indirectamente provocaría
dispersión energética. Por otra parte, si se
opta por desarrollar proyectos solares fo-
tovoltaicos en las periferias urbanas para
favorecer el modelo compacto, se afectará el
suelo agrícola, lo que afectará a su vez a los
ecosistemas vecinos.
    
forestales como de cultivos especializados
puede verse afectado por la escasez de agua

obtención de materias primas para la industria
nacional y extranjera, así como por el control
territorial de la delincuencia organizada.

energía de comunidades pequeñas (Sedatu,
2021, pág. 117), sin profundizar en el tema de
la pobreza energética, que impacta e impactará
a personas de comunidades rurales y centros

según las regiones. Se debe esperar un mayor
consumo de madera y carbón vegetal durante
el invierno en las regiones con inviernos fríos
si no se consiguen hidrocarburos, carbón
mineral o electricidad para obtener calor, por
lo que el uso de biomasa forestal crecerá, con

Conclusiones
La ENOT es en buena medida una respuesta
a la expansión urbana, a los procesos de
urbanización y metropolización que se han

que ha afectado áreas agrícolas y naturales
(Sedatu, 2021, pág. 7). No prevé, como se ha
indicado, la dispersión energética, lo cual
es evidente en el cruce de sus metas y los
ODS de Naciones Unidas, concretamente,
la Meta 17, Instrumentos de ordenamiento
territorial, con el ODS 7, Energía asequible y
no contaminante. La dispersión energética
afecta y afectará agrosistemas y ecosistemas
debido a las características territoriales de
la energía solar y la energía eólica, que se
presentan como alternativas. La situación es
más complicada si se incorpora a la biomasa
forestal como energético, que es ignorada
por la ENOT. Estas omisiones hacen que este

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Se requiere atender estos vacíos, que no
sólo son de política pública (institucionales),
sino conceptuales, ya que lo que se pretende
ordenar se descuida, a pesar de usar criterios
ecológicos y ambientales. Esto debido al

de benignas a opciones energéticas que no
lo son, por esto se ignoran sus impactos que,

presentada en este reporte, ya se haan
URBANISMO
Páez, A.: TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y USO DEL SUELO: CRÍTICA A LA ESTRATEGIA NACIONAL DE
ORDENAMIENTO TERRITORIAL (MÉXICO)
124
advertido desde las décadas de 1970 y
1980 y se profundizó al respecto desde
2009, una década antes de que comenzara
la preparación de la ENOT en 2018.
Debido a las categorías usadas por Naciones
Unidas el consumo de hidrocarburos y
carbón se ve como problemático (contami-
nación) y el uso de fuentes alternativas como
solución, cuando ya hemos visto que no es
así: el aprovechamiento de la energía solar, la
energía eólica y la biomasa forestal presenta
problemas ecológicos, sociales, territoria-
les, ambientales, además de sus problemas
-

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hacia 2040 y más allá que desconozca lo que
implica la transición energética en un sentido
amplio no cumplirá con su propósito, que
es hacer un bosquejo para aproximarse al

presentarse por el uso del suelo debido al
aprovechamiento de la energía es no plantear
una agenda de Gobernanza Territorial
pertinente.
La ENOT contempla mecanismos de
evaluación. Deben corregirse los errores,
-
dos. Incorporar la dispersión energética
hace que el instrumento deba realizarse con
una metodología que incluya más variables
y construya más escenarios. El desarrollo
por diseño aporta elementos para construir

energética de las décadas de 1970 y 1980,

deben retomarse.
La mirada optimista (cantidades
inagotables, cuadrados generadores de miles

gestión de la política energética que impulsa
el uso de las energías “limpias”. Se requiere
un cambio de paradigma.
Dadas las características de la energía solar,
la energía eólica y la biomasa forestal, se debe
entender la política energética como política
territorial y la política territorial como

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mente es que la producción de energía debe

La transición a un modelo pospetróleo es
un fenómeno con diversas consecuencias.
No se prevé una ecotopía. Dentro de los
recursos escasos que deben administrarse,
además del petróleo y el agua, está el suelo.
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90 (2), 201-213.
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952X2015000100006&lng=es&tlng=es d
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[consulta: 30 diciembre 2021].
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Nota: La Ley de Transición Energética, la Ley de la Industria Eléctrica y la Ley General
del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, se pueden consultar en
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URBANISMO
PRAGMA, Año 01, número 02, abril 2023-sepembre 2023, pp. 88-130
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PRAGMA, año 1, no. 2, abril 2023 a septiembre 2023, es una difusión periódica semestral editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con domicilio en 4 Sur 104, Col. Centro, C.P. 72000, Puebla, Pue., tel. 222 2295500
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responsable: Dra. Julia Judith Mundo Hernández, julia.mundo@correo.buap.mx. Reserva de Derechos al uso exclusivo 04-2023-122016561600-102 ISSN: (en trámite) ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor de
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