35
como Museo de Guerra, posteriormente,
con motivo del Centenario de la Batalla del
5 de mayo, el espacio se transformó en el
Museo de la No Intervención, como símbo-
-
ranía. Para ello se hicieron trabajos de res-
tauración en los monumentos y jardines,
y se construyó el Centro Cívico 5 de Mayo.
En 2011 el Gobierno del Estado de Puebla
-
caciones de Loreto y Guadalupe y la inter-
vención de todo el complejo bajo el proyec-
to de arquitectos como Federico Bautista
Alonso, Enrique Norten, entre otros, las
cuales concluyeron en 2012, cuyas labo-
res se efectuaron bajo la supervisión de
un equipo de especialistas en historia,
del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH-Conaculta), y de peritos de
la Sección de Monumentos Históricos del
Centro INAH-Puebla.
De acuerdo con información del Insti-
tuto Nacional de Antropología e Historia,
los objetivos de la intervención hecha en
este símbolo urbano se centraron en la re-
cuperación de los elementos originales los
condiciones de funcionamiento, la actuali-
zación de los sistemas de iluminación, red
eléctrica, seguridad y sanitarios; así como
la reestructuración del discurso museo-
internacionales en la materia.
Las labores de conservación consistie-
ron en la recuperación de la capilla, cons-
trucción de rampas para facilitar el acceso
a personas con discapacidad, se mejoró el
mobiliario de la librería; se adecuaron dos
áreas que rodean la fortaleza conocidas
como “abrigos”, para que posteriormente
sean ocupadas como áreas de servicios
educativos. Se crearon muros perimetra-
les de cristal que permiten la apreciación
de las cualidades históricas del fuerte, y
su protección ante las inclemencias del
tiempo. Bajo estos criterios se garantiza
la permanencia de los vestigios, así como
mantener su apreciación como elemento
prioritario en la lectura del sitio, generan-
do un contraste entre la arquitectura origi-
nal y un toque de modernidad y funciona-
lidad en el equipamiento.
Se restauraron muros, bastiones, patios,
circulaciones, plazas de acceso. Además, se
intervino el Portal de Peregrinos, cuya ar-
cada era lo único que quedaba en pie, y en
sendero peatonal y espacios de descanso.
La nueva propuesta curatorial se basa
en más de 180 piezas de los siglos XVIII
y XIX, que dan testimonio de los orígenes
religioso y militar del Fuerte de Loreto, el
desarrollo del culto a la Virgen de Loreto
en Puebla, las transformaciones del lugar,
los momentos cruciales de la batalla, y los
actuales festejos del 5 de mayo dentro y
fuera del país; de esta manera se abarcan
más de 350 años de historia.
A decir del grupo TEN Arquitectos (una
de las constructoras que participó en el
proyecto) “A través de la historia, los mo-
numentos se han erigido para recordar
a las nuevas generaciones de los sucesos
-
cultóricos, la propuesta busca fomentar
las relaciones entre la continuidad del es-
pacio público y potencializar el sitio, me-
diante la creación de espacios plurales de
convivencia, así como el aprovechamiento
de las vistas que otorga el emplazamiento”.
Espinosa, F. A. S.: LOS FUERTES DE LORETO Y GUADALUPE MEMORIA DE UNIÓN POBLANA.
URBANISMO